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El antisueño americano: Estudiar en el extranjero

Playa, paella, toros, fiestas, alcohol… son algunos de los cantos de sirena que atraen a estudiantes americanos a la hora de escoger Barcelona como destino para completar sus estudios.

Esperan pasárselo como nunca, empezar de nuevo, crecer como personas y algunos, incluso reinventarse. «Hacerse a sí mismos», como el sueño americano.

Sin embargo, se encuentran con una realidad muy distinta: no conocen el país, la cultura, el idioma, los futuros «compañeros»… Así que en lugar del paraíso imaginado, se dan de bruces con muchas situaciones que, de por sí, son altamente estresantes. Situaciones que generan incertidumbre y sobre todo, mucha ansiedad.

Algunas de las dificultades que comparten conmigo en mi consulta privada son:

  • «Siento que no encajo. Pensaba que aquí haría nuevos amigos pero me veo diferente a ellos. Algunos salen y beben demasiado, me gustaría poder también hacer otras cosas, pero me veo arrastrado por la mayoría o me veo distinto».
  • «Llevo aquí tres semanas y cada vez me siento más nervioso y angustiado. Le doy más vueltas a la cabeza de lo que me gustaría y tengo problemas para dormir».
  • «Tengo dudas sobre si podré acabar mis estudios aquí, a veces siento ganas de volver, echo de menos a mi familia y a mi gente».
  • «Me estoy replanteando qué hacer con mi vida, pensaba que lo tenía todo muy claro pero ahora comienzo a dudar».
  • «Hace mucho que deseaba venir a Barcelona. En EEUU no estaba muy bien últimamente y creía que venir aquí iba a hacerme sentir mejor, pero veo que estoy peor».

La solución a todas estas preocupaciones dependen de cada caso y persona.

El primer paso es siempre revisar las expectativas personales y familiares asociadas a la experiencia de estudiar en el extranjero. Ahora que las conocemos podemos quitarle sobre pesos poco realistas («convertirme en una gran persona en tres meses», «llegar a ser lo que nunca fui antes», «dejar atrás mis problemas») y ajustarlas a la realidad externa e interna.

Una vez reajustadas las expectativas, el futuro se empieza a ver de otro color, uno se siente más capaz y puede relacionarse de otra manera con su entorno.

Aunque parezca imposible, estas dudas son una oportunidad para conocerse mejor, pisar más fuerte y salir más preparado de esta experiencia.